Ryuichi Nagayama es el miembro activo más veterano del Fuwaku Rugby Club. Juega en la primera línea del equipo masculino de veteranos mayores de 40 años. Muchos de sus compañeros tienen entre 70 y 80 años y aún juegan de forma competitiva. A los 90 años, la mayoría estaría conforme con descansar en casa o en el jardín. Pero esa no es la vida para Nagayama ni para sus compañeros, como él mismo señala: “Los miembros del club no tienen la mentalidad de tomarse la vida con calma”.
“El rugby nos da vida a todos.”
Como médico en ejercicio, Nagayama conoce muy bien los peligros del rugby: “Desde que me uní al Fuwaku Club, me he roto las costillas muchas veces y también la clavícula”, pero eso nunca lo ha detenido de seguir practicando el deporte que ama. “Nunca he imaginado una vida sin rugby. Además, sin rugby ¿en qué me convertiría?”
Incluso desde que falleció su esposa, el rugby ha cobrado aún más importancia. Ahora es por lo que vive. Y para el resto de su equipo, el rugby no es solo una excusa para correr por el parque. Es algo que se toma muy en serio. Como dice Nagayama: “El rugby nos da vida a todos”, y planea seguir jugando hasta que físicamente ya no pueda.